El sabor Río Caña

Tenía siete años sin hacer una expedición, de esas que hacía con frecuencia en el pasado en búsqueda de la tradición gastronómica nativa de nuestro Panamá y realmente lo extrañaba.

La oportunidad llegó hace unos meses con una llamada de un nativo Ngäbe-Buglé nativo de Río Caña, en Bocas del Toro, Felipe Baker. Felipe es biólogo y trabaja con @conserveturtles o Sea Turtle Conservancy, una organización sin fines de lucro que promueve salvar tortugas marinas a través de la investigación y la educación, es por eso que la misión personal de Baker es educar y abogar para la conservación de tortugas y mantener las tradiciones y costumbres de su comunidad.

Felipe me explicó que me había llamado, ya que supo de mi colaboración con Nutre Hogar en Kantitú y quería saber si yo estaba interesado en visitar y conocer su comunidad y a las mujeres cocineras. No pasó ni un minuto cuando la respuesta fue un rotundo SI y en ese momento inició el plan.

Organizamos el viaje y la idea era intercambiar ideas, recetas y conocimiento para animar a estas mujeres cocineras a utilizar su gastronomía autóctona y sus ingredientes nativos para enseñarle a los turistas sobre la hermosa cultura de la comarca Ngäbe. Y es que eso es algo de lo que está pasando en la comunidad de Río Caña, están llegando los turistas, que son una buena fuente de ingresos para la comunidad. Río Caña tiene una de las playas más grandes de la costa del Caribe en Bocas del Toro, dónde desovan las tortugas Carey, una especie en extinción. Río Caña tiene más de 20 años de estar trabajando con la fundación Sea Turtle Conservancy, y es por eso que la comunidad trabaja para evitar el consumo de las tortugas como alimento básico y a conservar este tesoro natural. Felipe es una persona hábil y carismática y ha identificado una oportunidad que tiene su comunidad además de tener la bendición de su bella playa en tierra firme con aguas cristalinas y lugar donde desovar estas tortugas, también posee la ventaja turística que justo enfrente desde su playa en tierra firme pueden ver y la bella isla del Escudo Veraguas. El Escudo de Veraguas ha ido ganando territorio en el interés de panameños y de turistas de querer visitar por sus hermosas playas de arena blanca y aguas turquesas. Al ver este potencial Baker ha elaborado un plan pra crear turismo sostenible, para proteger y beneficiar a su comunidad; así nace la idea de poner en valor su gastronomía autóctona original para los turistas de las manos de un bello grupo de mujeres emprendedoras que cocinan delicioso.  Pasaron las semanas y llegó el momento del viaje.

Río Caña es una comunidad limpia, organizada, llena de amor, felicidad y con muchos ánimos de crecer, avanzar y conservar su tradición gastronómica. En esta expedición conocí preparaciones y productos nuevos para mí, debo decir que en Río Caña encontré sabor. He visitado en Panamá y en Latinoamérica varias comunidades de nativos y Río Caña es la que más sazón tiene en sus platillos originales. Fue un intercambio bonito dónde pude probar y aportar a sus recetas, enseñarles a utilizar sus ingredientes con diferentes técnicas o mezclas para que los cocineros de la comunidad creen platos compuestos y atractivos para poder ofertar y sorprender con su gastronomía y productos nativos a cualquier turista y superar la expectativa gastronómica, como ellas lo hicieron conmigo.


Río Caña es una comunidad que todo panameño debería de conocer por su belleza natural, por sus playas de aguas turquesa, conservación de tortugas y gastronomía autóctona local que de seguro hace este lugar una de las maravillas más grande de nuestro país.


Mi fascinación por los nativos de la comarca Ngäbe, solo ha incrementado después de este viaje, los Ngäbe son gentiles, respetan y conservan la naturaleza y son los guardianes del café. Este viaje llegó para despertar mi curiosidad y volver a mis andanzas y recorridos, en búsqueda de productos nativos de Panamá, para ver de qué manera los podemos traer a la ciudad y que lo conozcan tanto los panameños como turistas que visitan nuestros restaurantes y aportar a la economía circular con la cual podemos devolverle a estas comunidades.
¡Gracias Felipe!

Fotografías: Alexander Arosemena / La Prensa