
En el 2011 Jennyfer Vernice Pucciarelli estudiaba economía en la Universidad Metropolitana en Caracas, Venezuela. Su plan era trabajar en la Bolsa de Valores de Venezuela, pero pasó lo inesperado, cuando le faltaban 6 meses para terminar la carrera la Bolsa de Valores de su país natal cerró, ella siguió estudiando, pero si no había Bolsa de Valores le tocaría trabajar en un banco y la idea de estar sentada en un escritorio viendo números no era lo que ella tenía planificado.
Mientras estudiaba economía tenía que escoger una materia electiva y la universidad ofrecía clases de ajedrez, ping-pong, idiomas y cocina y esta última fue la que Jenny escogió, ya que esto para ella era familiar. Jenny creció en la pastelería de su papá y en la heladería de sus abuelos, la comida era y sigue siendo el foco de la familia Vernice Pucciarelli, italianos que hicieron vida en Venezuela. Terminó sus estudios e hizo práctica en Alto, que es considerado uno de los mejores restaurantes de Venezuela, cuyo dueño y chef es Carlos García. En Alto, Jenny aprendió muchas técnicas y a manejarse dentro de una cocina exigente.
Panamá Jenny
En el 2015 a Jenny le cambia la vida, la situación de su país la obligó a buscar nuevas oportunidades. Panamá fue su destino. Recién llegada, se encontró con un amigo de su padre, conversaron y este le pregunto, “¿Tú hablas italiano cierto?” “Sé de un restaurante que está buscando a alguien que hable ese idioma”. Y en menos de lo que Jenny se imaginó empezó a trabajar en Casa Tua, como sommelier. Poco tiempo después, a Jennyfer la pastelería le hizo un llamado, empezó en Capital Bistró y después en Mano de Tigre, ambos restaurantes en el Casco Antiguo de Panamá. Carlos García visitó Panamá y llamó a Jenny, conversaron y le dijo que le daría su contacto a un gran amigo, Mario Castrellón, que Mario le había comentado que tenía muchos proyectos en mente y que estaba buscando a alguien para ejecutarlos. La primera llamada que Mario le hizo a Jenny fue para un proyecto que quedó en proyecto y que ella agradeció, pero declinó, luego Mario la volvió a llamar para un proyecto que simplemente le tocó el corazón, era un proyecto donde juntos cambiarían vidas a través de la gastronomía, Fonda La Sexta.
La dulce Jenny que no empalaga
Por cosas del destino Fonda La Sexta cerró operaciones y Jenny llegó a la cocina de Maito, a ejecutar lo que desde niña conoce, la pastelería. Muchas de las recetas de Jenny son recetas de familia, que ha sabido adaptar para un restaurante de fine dining. En medio de este proyecto llegó la pandemia, suceso que cambió todo en nuestras vidas. La industria de restaurantes se vio obligada a cambiar y Maito se convirtió en despensa, de la cocina empezaron a salir productos que no eran los usuales de la cocina de Mario Castrellón, para Jenny este fue un periodo donde como todos hizo lo que tenía que hacer y desde La Despensa de Maito se ejecutaron ideas que hoy siguen latentes, como ofrecer cremosos helados con sabores únicos.
Una vez se dio la apertura de restaurantes en Panamá, Maito empezó su servicio y esto dio inicio a una nueva etapa su carta de postres. Fresas con crema es la estrella, compuesto de musgo de fresas, helado de aceite oliva Reserva Henri Mor, fresas en escabeche cítrico, crema de queso y papel de fresas boqueteñas de La Granjerita. La versión de flan crocante de Jenny es otro imperdible, un mousse de flan con caramelo crocante, bizcocho esponja y un laberinto de merengue. Jenny confecciona helados para la carta de postres del restaurante y también para que nuestros clientes disfruten en casa una variedad de cremosos helados con sabores únicos. La dulzura de Jenny y su equipo también la puedes degustar en los postres de Botánica, Tacos La Neta y las galletas de Unido.
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